Un efecto inesperado de la pandemia es el cambio en las políticas de inversiones, las empresas que cotizan en bolsa, salvo los gigantes de la Internet, se han visto comprometidos ya que la caída de los productos, tanto en fabricación como ventas y adquisición, se han visto comprometidos.
El alimento, la medicina, la vivienda, son factores que se volvieron prioritarios, dejando de lado todo otro gasto, lo que produjo un desbalance, en general, de lo que las industrias sostienen en base al consumo. Lo que parecía imposible se ha producido, la gente necesitó optar por gastos primarios y lo paradójico, cuando más necesitó de la industria del entretenimiento se vino a quedar sin contención, artistas, teatros, galerías de arte, comercio textil, etc., que a su vez involucran el sector inmobiliario, y compromete el negocio de las inmobiliarias.
No existe activad, incluyendo el comercio informal de la calle que no impacte en el sector inmobiliario, si bien los inversores se apresuraron a detectar aquellas opciones, como los barrios privados, que tienen las condiciones necesarias para la situación actual, la multitud de negocios, oficinal, locales, bares, restaurantes, que se vieron afectados por la falta de movimiento produjo un desbalance en las cuentas que afectan, principalmente a la gente, y luego al mantenimiento de la infraestructura edilicia.
Algunos analistas indicaron que las condiciones se asemejaban al efecto de la burbuja inmobiliaria cuando de repente hay muchos inmuebles vacíos que mantener y sin clientes en condiciones de sostenerlos.
Ni siquiera la posibilidad de suspender alquileres u otros gastos pudo sostener la situación, ya que requiere de otros pagos como servicios y personal. Cuando no hay clientes, se hace insostenible.
Ante la situación, la diminución de las posibilidades de inversión, el Crowdfunding, una herramienta que se ha creado para diversificar inversiones, propone la compra de porcentajes de inmuebles, no todo el inmueble, vino a reemplazarse por la esperanza de una conversión de “pago en cuotas”, no ya la diversificación, sino el ir adquiriendo el inmueble no en cuotas fijas, sino en porcentajes a lo que se puede acceder.
En tiempos de crisis, la inversión de este modelo ofrece la posibilidad de adquirir porcentajes, sin tener la obligación de la cuota próxima.
Aunque sigue siendo un tipo de inversión de resguardo, el modelo se presta como método para acceder a una vivienda comprando porcentajes en la medida que se lo puede permitir el inversor o futuro dueño, sin estar sujeto a obligaciones de próximos pagos, como sería el comprar en cuotas.
El empleo se ha vuelto volátil, en todos los niveles, no hay certeza sobre cuándo se reactivará la situación económica, ni hay indicios en el resto del mundo de ello tampoco, es una situación inédita que nos ha tocado a todos en todos los niveles, y como siempre, en el sector inmobiliario, se suele dar respuestas a las crisis, proponiendo alterativas que para el caso, ha demostrado ser factible y ayuda a una economía sana. Ello implica un deslinde de la situación de la burbuja en la que se produjo una economía basada en falsos presupuestos, que no es la situación de este modelo, el Crowdfunding, es una alternativa interesante para quien piensa en el presente y en el futuro.
Cartón resistente, una idea de un diseñador chino que promete ingresar en el mercado de decoración de interiores, industria del mueble y otras opciones.
La burbuja inmobiliaria provoca efectos secundarios, cualquiera con una propiedad arma un sitio para atendión turística sin tener la menor idea de cómo se lleva adelante un servicio de hotel.